Todo cambia. Nuestra vida, nuestra forma de percibir la realidad, la gente que nos rodea, el mismo mundo, a cada segundo.

Vivimos en un completo estado de cambio, donde nada es estático, y hasta donde la misma locura ha mutado en algo, incluso, irreconocible.

Hoy alcancé ese estado, entre demente y cuerdo, donde el tiempo pasa, sin que me duela, sin que mi visión se distorsione por la desolación. Sin que una herida sangre de manera incontrolable, impidiéndome curar la desdicha.

Hoy admito que estoy loco.

Tengo una locura perfecta.

Pabli

sábado, 23 de octubre de 2010

Locura Perfecta.

Cuando la realidad complicó mi plan,
y mi mente no estaba del todo bien,
me vencí a un delirio casual,
que me pudiera alejar de este vaibén.

Navegué en mi consciencia perturbada,
me analicé a mi mismo,
tal vez solo la razón comencé a perder,
quizás lo unico que hacía era enloquecer.

Pero no estaba mal en mi locura perfecta,
el dolor no me golpeaba de forma tan directa.
En mi mundo el dolor y la felicidad no tenían fin,
no había lugar en él para algo triste y gris.

Luego pasó el tiempo,
y tuve que emerger de nuevo,
elevarme de la profundidad de mi locura,
volver a esta realidad que me tortura,
pero que finalmente aprendí es mejor,
que mi falso universo multicolor.

Pabli

1 comentario:

lisy dijo...

Todos tenemos un poco de esa locura perfecta. Algunos la practicamos mas que otros cuando deseamos hacer a un lado las cosas en las que no queremos pensar. Sobre todo en los probemas, ya que eso mitiga el dolor.
Cuando se es joven se ve de la manera que tu lo describes pero siempre acabas por darte cuenta que despues de todo la realidad te da mas felicidad aunque antes no lo veias asi.

Muy interesante y buenos tus versos Pabli, me hicieron reflexionaren mi misma.